La reflexología podal es una «pseudoterapia» que forma parte de la reflexoterapia. Se centra principalmente en una zona corporal concreta: los pies. Según su teoría, la estimulación de diferentes puntos de los pies puede mejorar nuestro bienestar. Si te interesa el tema sigue leyendo este post.
¿Que es la reflexología podal?
La reflexología podal tiene sus raíces en la medicina ancestral china. La filosofía de esta terapia alternativa se fundamenta en el flujo de energía conocido como «chi», el cual circula a través de canales en el cuerpo humano. Cuando este flujo se ve alterado, se produce un desequilibrio que impacta en el funcionamiento de los órganos y da origen a enfermedades.
Mediante estos canales, los órganos reflejan su influencia en diferentes partes del cuerpo. Por consiguiente, las zonas más relevantes en términos de reflejos son las manos, los pies, la cara, las orejas y la espalda. Esta forma de terapia holística sostiene que cada punto corresponde a un órgano específico y que al aplicar masajes en ellos, se ejerce influencia sobre los padecimientos.
Principios básicos para comprender la reflexología podal.
La reflexología podal se vale de las conexiones nerviosas de los órganos, músculos y piel. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las zonas reflejas no se limitan únicamente a la planta de los pies, sino que también se extienden hacia su parte interna, externa y dorso.
Para comprender esta forma de reflexoterapia, resulta útil contar con un mapa de puntos como referencia. No obstante, queremos señalar qué áreas pueden ser tratadas a través de los pies:
- Primera línea transversal: Los pulgares corresponden a los órganos de la cabeza, cuello y nuca.
- Segunda línea transversal: Gran parte de la zona plantar pertenece al tórax y abdomen superior, así como del brazo hasta el codo.
- Tercera línea transversal: De la planta hasta el talón, afecta a la base pélvica.
¿Cuáles son los beneficios de la reflexología podal?
En la actualidad, la reflexoterapia se emplea como un complemento a los tratamientos médicos convencionales. Si deseas recibir una sesión de esta terapia holística, te recomendamos que consultes previamente con tu médico de confianza o con un especialista.
A continuación, enumeraremos los principales beneficios que los terapeutas de reflexología destacan y que respaldan sus prácticas:
- Alivia dolores musculares
- Relaja la mente y el cuerpo
- Reduce el estrés
- Ayuda a mejorar la depresión y la ansiedad
- Estimula la circulación sanguínea
- Elimina toxinas
- Equilibra los niveles de energía
- Fortalece el sistema inmunológico
- Ayuda a conciliar el sueño
- Favorece el correcto funcionamiento del cuerpo
Otros tipos de reflexología.
Además de la reflexología podal, existen otras técnicas que se emplean para tratar las diferentes zonas reflejas.
A continuación, te presento un breve resumen de los principales tipos de reflexoterapia:
- Reflexología de manos: Esta técnica se centra en estimular los puntos reflejos en las manos para promover la salud y el bienestar en otras partes del cuerpo.
- Reflexología facial: Se enfoca en los puntos reflejos del rostro y la cabeza. Mediante masajes y presiones suaves, se busca equilibrar el flujo de energía y aliviar diversas dolencias.
- Reflexología auricular: Consiste en la estimulación de puntos reflejos en la oreja. Se utiliza para tratar una amplia gama de condiciones y se basa en la idea de que el pabellón auricular refleja el cuerpo humano en su totalidad.
- Reflexología vertebral: Esta técnica se concentra en los puntos reflejos a lo largo de la columna vertebral. Se utiliza para aliviar tensiones y promover un correcto funcionamiento del sistema nervioso.
Cabe destacar que cada tipo de reflexoterapia se enfoca en una zona específica, pero comparten la premisa de que al estimular los puntos reflejos, se puede influir positivamente en el bienestar general del organismo.
Cuándo no aplicar una reflexoterapia.
Este tipo de terapia natural no está exenta de contraindicaciones. Si es la primera vez que la recibes, se recomienda no automasajearte ni intentar practicarla por tu cuenta. Es importante que consultes con un especialista si estás en proceso de recuperación de una cirugía, si eres diabético, si estás lidiando con el cáncer o si padeces alguna de las siguientes condiciones:
- Insuficiencia renal o cardíaca
- Infecciones agudas
- Desórdenes en la sangre, ya sea tromboflebitis o flebotrombosis
- Lesiones en la piel, como heridas o eczema
- Fiebre
- Embarazo con riesgo de aborto